SI ERES ESPAÑOL Y TE GUSTAN LOS TOROS, ERES DE SEGUNDA DIVISIÓN; SI ERES MURCIANO Y TE GUSTAN LOS TOROS TAMBIÉN ERES DE SEGUNDA DIVISIÓN

Vaya manía que hay con politizarlo todo. Existen todavía especímenes sueltos que se piensan que porque refleje la “Mansedumbre” taurina del gobierno regional murciano actual (Lea aquí el artículo), yo soy de un determinado color político. Van y te ponen la etiqueta cuando ven amenazado el cortijo, como si todavía estuviésemos en la España Negra de la Guerra Civil, y no te fusilan porque está mal visto. Afortunadamente estamos en el siglo XXI, y aunque no lo crean o no esté de moda, existe la libertad. Créanme que haría un artículo similar si estuvieran haciendo lo mismo los que pretenden entrar en San Esteban el próximo 28 de mayo.

A mí la política me da igual, pero si me gusta que se hagan las cosas bien, lo primero para beneficiar a los ciudadanos, con servicios básicos garantizados, y luego respetando los gustos (legales) de cada uno. Me gustan los toros, por eso quiero que, desde el Gobierno de la Región de Murcia, que tantas veces se ha posicionado a favor de ellos, se impulse y se promocione esta Cultura como lo hacen en otros territorios de nuestro país. Lamentablemente, en esta tierra no se ha pasado de las buenas palabras con la tauromaquia, y, sin embargo, si se han promocionado otras corrientes culturales, por lo que yo, en este aspecto, me siento un ciudadano de segunda.

Si extrapolamos esto al Gobierno Central, que es de distinto color al murciano, podemos decir lo mismo. También me siento de segunda división. Desde que Pedro Sánchez gobierna con Podemos y con todo ese abanico de partidos nacionalistas, que ven a España como un país a extinguir y exprimir, más que a una nación que querer y cuidar, la tauromaquia está arrinconada e incluso llegó a estar perseguida. Primero se ninguneo a los profesionales taurinos que pedían ayuda en la pandemia, luego se dejó a la tauromaquia fuera del Bono Cultural para jóvenes, después se atacó a los espectáculos cómico-taurinos….

Gracias a la Unión de picadores y banderilleros por su pelea y lucha muchos profesionales le han ganado el pulso al gobierno, también la Fundación del Toro de Lidia, que consiguió que el Tribunal Supremo anulara por falta de justificación la exclusión de los espectáculos taurinos del ámbito de aplicación del Bono Cultural Joven.

Ahora, es de nuevo la Fundación, a través de una carta firmada por su presidente, Victorino Martín García, (acceda aquí a la carta completa) la que pone el grito en el cielo exigiendo a la televisión pública, RTVE, que no censure la información taurina en sus programas informativos. Lo de no dar la noticia histórica del triunfo de Morante de la Puebla en la recién finalizada feria de abril de Sevilla ha sido la gota que ha colmado el vaso. La Fundación pide que Josep Vilar, director de contenidos informativos de RTVE, dimita o sea cesado como máximo responsable del silenciamiento de la noticia de la faena de Morante de la Puebla en Sevilla, pero también de manera general de todo lo relacionado con la tauromaquia en sus informativos. Además, ruega que se le de a la tauromaquia el sitio que merece, como segundo espectáculo de masas del país.

Ahora bien, dejando a un lado la tremenda injusticia que supone que censuren la tauromaquia por motivos expresamente “políticos” en los informativos de RTVE, hay que ver también como se ha tratado desde el sector taurino al ente público en los años en los que si apostaba por los toros.

Es conocida la tremenda cantidad de dinero que desembolsó TVE televisando festejos durante los años 80 y 90, pagando auténticos pastizales por los derechos de imagen. Eso era insostenible. La época de las vacas gordas que terminó dejándolas en los huesos. El globo se pinchó con la entrada de Carmen Caffarel, en la época de Zapatero, en la dirección del ente público. Muchos quisieron vestirla de antitaurina, pero la realidad es que puso sobre la mesa la estratosférica cantidad que costaba dar un festejo taurino en directo, nada más y nada menos que 150.000€. Desde Prado del Rey no se cerraron a dar más toros: “hay posibilidad de emitir alguna corrida en condiciones económicas adecuadas”, pero la realidad es que nunca regresó, crisis económica incluida, la emisión de toros en directo.

Ya en la época de Mariano Rajoy, se intentaron recuperar los mismos, pero con festejos muy puntuales y con la expresa colaboración de matadores y ganaderos que rebajaron mucho sus derechos de imagen. En 2012 se dio un festejo con “El Juli”, Manzanares y Alejandro Talavante desde Valladolid, luego en 2013 la encerrona de Talavante en Mérida y en 2015 la de “El Juli” en Cáceres, festejos a favor de obra y con poco coste económico para el ente. El último festejo emitido fue desde San Sebastián en agosto de 2015 con Ponce, Manzanares y Rivera Ordóñez en el cartel. El denominador común de todos ellos fue que las audiencias ni fueron buenas ni malas.

Capítulo aparte merece el programa de información taurina que se emite cada sábado en La 2. Ver “Tendido Cero”, por muy bien que quieran hacerlo las personas que están a cargo del mismo, es adentrarse en los años 80. El programa huele a rancio, tanto que no lo ven ni los taurinos. Esa sería una buena primera piedra para edificar una nueva etapa taurina en el ente público. Intentar tener un programa que enganche, que conecte con la audiencia y que destaque en su franja de emisión. Así, cuando corran vientos favorables, seguro que alguien decidirá apostar de nuevo por los toros. Ese será el momento de aplicar cordura al asunto, de no querer exprimir la teta a la primera y de sembrar para recoger frutos.

Por Fran Pérez @frantrapiotoros

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