Si hay algún mensaje que deja la celebración exitosa del II certamen de novilladas “Villa de Blanca” es que el pueblo no quiere divos en las plazas de toros. La receta del triunfo muchas veces, además de torear bien, consiste en vendérselo con entusiasmo a la gente que ha comprado una entrada para ir a verte. Vamos, que se te note en la cara la ilusión. Es lo mínimo que debe tener un novillero. Los semblantes de palo, de malestar, de pasar por allí porque hay que pasar, solo llevan a la más profunda decepción del respetable.
En los pueblos el contacto y la accesibilidad con el público es algo fundamental. Si les das alegría la gente te la devuelve y se vuelca contigo. Si les vendes apatía te echan a lo más profundo del pilón de la indiferencia.
Ahí está el ejemplo de Víctor Acebo, que en Blanca ha sabido conjugar sus cartas de buen torero, (así lo demostró en la semifinal con los novillos de Pincha y en la final con un novillo de vuelta al ruedo de “Buenavista”) con su presencia agradecida, sabiendo que se debe al público y sonriendo feliz correspondiendo así a la entrega de los tendidos con él. Y el resultado, nada más y nada menos que ser el triunfador del certamen. Pero, no solo ha ganado eso el de Torre Pacheco, también ha conseguido la confianza de la gente. Si antes era casi un desconocido, un chaval recién debutado, ahora ya es un imprescindible.
El lunes noche ya muchos buscaban su nombre en los carteles de la feria del Arroz de Calasparra: “¿Cuándo torea Acebo?”, pero, sin embargo, se dieron de bruces al ver que no estaba en la cartelería. Luego fueron más allá, y buscaron en la novillada que abre la feria taurina de Murcia, el 11 de septiembre, pero tampoco lo encontraron. Lógicamente, la desilusión les invadió y lo mismo ni pensaron ir a Calasparra, ni mucho menos a Murcia, en un día, 11 de septiembre, donde hay un cartel interesantísimo en Cehegín.
Esto del toro es para listos y en cuestión de días, “Chicote”, sabiendo del gran ambiente que ha dejado Acebo en Blanca y del arrastre de seguidores que tiene (movilizó para sus actuaciones en Blanca desde Torre Pacheco más de 300 personas en autobús y otros tantos en su vehículo propio, consiguiendo que en la final se colgara el cartel de “No hay localidades”), ha movido los hilos en Calasparra. Y es que la circunstancia personal del novillero sevillano, González-Écija, que ha decido abandonar la profesión (muy respetable decisión, por cierto), le ha abierto las puertas de la sustitución al de Torre Pacheco el día 8 de septiembre. La Mesa de trabajo no ha dudado en dar el visto bueno a la propuesta del empresario granadino que solo ha encontrado la negativa de un miembro que prefería a José Fernando Molina de Albacete. Por tanto, en la novillada final de la feria del Arroz, con los de Fuente Ymbro, saltarán las chispas de la rivalidad murciana.
Por otra parte, Ángel Bernal tiene que darle un impulso a la novillada que abre la feria de Murcia el 11 de septiembre. Un cartel con tres murcianos que todos queremos que sea un éxito artístico y de público. Que los novilleros lleven gente a la plaza es fundamental para seguir luchando por ellos y seguir creyendo en este mundo del toro. Si eso es un solar el año que viene nadie le podrá decir al empresario que monte una novillada. Para evitar la fuga de gente a la corrida del arte de Cehegín, el empresario murciano podría sacarse un as de la manga. Muchos aficionados ya reclaman que se añadan dos novillos más, se incluya a Víctor Acebo, y se convierta la novillada en una batalla sin cuartel por el trono novilleril murciano. Una sabia decisión que no sería la primera vez que aconteciera, ahí está el ejemplo de cuando Posada de Maravillas maravilló en Olivenza y Simón Casas lo añadió en las novilladas de la feria de Fallas de Valencia. Ferrer, Parrita, Martínez y Acebo y las ganas de estos de poner La Condomina boca abajo. Los autobuses de partidarios deberían de salir disparados para la capital ese día y la televisión autonómica debería de hacer el esfuerzo de ofrecer el festejo en directo para darle alas al futuro taurino de la Región.
Por cierto, nos han dicho que el Ayuntamiento de Torre Pacheco no tiene claro si incluir dentro de sus fiestas de octubre una novillada con picadores con la participación del novillero local que no para de recibir llamadas de las comisiones taurinas de los pueblos que organizan novilladas en septiembre ofreciéndole sustituciones o integrar carteles de ferias que aún no están presentadas. Solo les decimos que los momentos hay que aprovecharlos y que el que no apuesta no gana.
@elmuletazo