UNA MONTERA CON MÁS FUERZA QUE LA SANTÍSIMA VERA CRUZ

Hay momentos que se quedan en suspensión en el recuerdo y se pasean libremente por la piel, pellizcándola de emoción, llenándola de intensidad y haciendo de los lagrimales el manantial del que brota el agua de la pasión. Uno de esos instantes ocurrió ayer en la corrida de toros que se celebró en Caravaca de la Cruz con motivo del día de la Región de Murcia, cuando “Rafaelillo” con esa entrega que le caracteriza, con ese corazón de león que no le coge en el pecho, que lo mismo se enfrenta a un Miura que rompe las costuras del sentimiento, se fue presto a brindar la lidia y muerte del segundo toro de su lote a la persona en cuyo interior encontró la vida:

“Eres lo más grande de esta vida, gracias por estar aquí en uno de los días más bonitos de mi vida, mamá. Gracias por darme la vida. Te quiero. Eres la persona más importante para mí y la que más quiero en esta vida. Por ti”

Las palabras que salen del interior jamás caen en el olvido. Pase lo que pase, con una mirada, un gesto, con un guiño o con una caricia, Maribel Luján las tendrá presentes, porque nada le puede poner barreras al amor que se siente por un hijo, al igual que nada se puede interponer entre la conexión de un hijo y su madre.

En esa montera se ha condensado una joya incalculable, de esas que no están pagadas con dinero. Con más fuerza que la reliquia de la Santísima Vera Cruz.

Fran Pérez @frantrapiotoros

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