El coso de Cuatro Caminos de Santander acogía, este 25 de julio, el cierre de su Feria de Santiago con un festejo que llevaba el hierro de La Quinta para Miguel Ángel Perera, Paco Ureña, que volvía a Santander tras ser el último triunfador de la feria de Santiago, y Roca Rey.
La limpieza del trazo de Perera sobresalió en la lidia del buen primer toro de La Quinta. El extremeño paseó una oreja del primero de la tarde, un animal de bella estampa, muy en Santa Coloma, y que tuvo como denominador común la entrega humillada y enclasada en las telas del diestro extremeño. Perera lo llevó embebido en telas y trazos con limpieza, pasándoselo por ambas manos y destacando el toreo al natural, hundido y Tras despenarlo con el acero, paseó una oreja con fuerte petición de una segunda no concedida.
No pudo conectar Paco Ureña con el tendido de Santander ante el segundo de La Quinta, un animal deslucido y al que le faltaba la codicia necesaria para que la obra llegase arriba. No obstante, intentó estar puro en la medida en la que le dejó el animal. Escuchó una ovación.
Animal que no fue fácil el tercero, que blandeaba y que pecaba de falta de fuerza. Roca Rey tuvo que sostenerlo a base de media altura, de no hacer toques bruscos con las telas y de tocarle muy suave para embaucarlo en su muleta. Lo mejor llegó en el epílogo muleteril, llegando al tendido en el arrimón, matando de estocada baja, pero no se pidió la oreja. Fue ovacionado.
Dos orejas paseó Miguel Ángel Perera del cuarto, sellando una obra cumbre en Cuatro Caminos a un toro con entrega de La Quinta. Ya de capa quiso dejar claro el de Puebla del Prior que él tenía el dominio sobre el animal, por eso fueron variados los lances con los que volvió a dar fe de su gran dimensión capotera. Y la profundidad, de nuevo, vino a visitar Cuatro Caminos: tras los péndulos de inicio de obra, Perera fue construyendo una faena por ambos lados en las que los largos, limpios y rotundos muletazos por ambas manos llegaron con fuerza arriba. El toro, que se vino un poco a menos al final de la obra, transmitió mucho hasta ese momento. Mató de estocada y paseó el doble apéndice.
El quinto fue un animal muy peligroso por momentos, con el que se sobrepuso la pureza de Ureña, que trazó con verdad al de La Quinta. El mejor lado, o el más potable al menos, era el derecho, ya que por el pitón zurdo el animal reponía, sabía lo que se dejaba atrás y daba un tornillazo que hacía incómodo estar delante. Incluso le dio un susto cuando le metió la espada el murciano, que finalmente y por fortuna no tuvo consecuencias aparentes. Oreja muy merecida.
Y Roca Rey sabía que tenía que arrear en el sexto, último toro del abono. Y lo hizo. Y de qué forma. El diestro peruano se topó con un animal con sus teclas al que tuvo que tragar quina, tocar fuerte y aguantar las miradas que ofrecía. Faena medida que remató de una gran estocada y, aunque se pidió el doble premio, éste quedó en un apéndice.
FICHA:
Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Última de la feria de Santiago 2021. Corrida de toros.
Toros de La Quinta.
Miguel Ángel Perera: Oreja y Dos Orejas.
Paco Ureña: Ovación y Oreja.
Roca Rey: Ovación y Oreja.
Entrada: Lleno en el aforo permitido.
Por Juliana Moreno. Fotos: Arjona para Lances de Futuro.