¡Qué difícil es el toreo!, expresaba un buen aficionado al conocer lo que le sucedía a Filiberto en Torralba de Calatrava. Así es la vida de los que se juegan la vida en el ruedo, una moneda que a veces sale cara y otra cruz. De la alegría de una al miedo de la otra.
Filiberto volvía ayer al triunfo tras realizar una faena sensacional a un toro de Salvador Domecq. Cumplir un reto siempre da alas para conseguir el siguiente. Para un torero con la hierba en la boca como él, el premio de dos orejas en una tarde es poco. Para torear la siguiente hay que arrasar en la presente, eso pensó al ver salir al quinto. Se lanzó al ruedo presto para darle una larga cambiada, pasó la señora casualidad en forma de resbalón y el burel de Don Salvador le pasó por encima como el AVE Sevilla-Madrid por La Mancha. La chaquetilla abierta como de un navajazo se tratara, el torero sin reaccionar y la velocidad de los que lo conducían a la enfermería hizo que el pánico surgiera.

Marcial García, fiel escudero del torero y Valerio, el presidente de su peña, lo vivieron así: “En los tendidos vimos la calva de la guadaña. Lo cogió por un sitio espantoso, que no quiero ni nombrar. Fue angustioso. Ha nacido de nuevo. Cuando lo recogieron para llevarlo a la enfermería las caras de los profesionales eran de espanto. No tenía conocimiento y parecía como si tuviera un boquetón por la zona del cuello. Temíamos lo peor, pero gracias al capote de la Virgen de la Esperanza todo se va a quedar en la anécdota”.
Tras las comprobaciones en la enfermería del traumatismo craneal y facial, y las suturas de las heridas de su rostro, el doctor Ibrahim Oussman decidió trasladar al torero hasta el hospital de Ciudad Real para realizar al torero pruebas que descarten hemorragias internas. Allí Filiberto continúa acompañado por sus padres.
Su apoderado Óscar Fernández nos da la última hora del torero: “Está en observación, con un collarín puesto, dolorido como es normal. En la mañana de este lunes le van a volver a repetir las pruebas para descartar cualquier lesión. Si los médicos no aprecian nada raro en las mismas le darán en alta para que se vaya a casa. Ha sido un susto muy grande. En su primer toro había estado sensacional, pero ya sabemos cómo es la ambición de los toreros, quería más. Apostó en su segundo, se tiró de hinojos para darle una larga cambiada con la mala suerte de que el de Salvador Domecq le echó mano. Menos mal que en principio todo ha quedado en un susto”.
Filiberto iba a viajar este lunes hasta Medina Sidonia para participar en un tentadero en la finca “La Zorrera” donde pastan los toros de los Herederos de Don José Cebada Gago.
@elmuletazo
Fotos: Lanza Digital