
Aquella tarde del 7 de septiembre de 2010, pasará también a la historia por el incendio que devoró 700 hectáreas de la Sierra del Molino, joya de la corona del patrimonio forestal de los calasparreños, y que podía verse desde la plaza de toros de «La Caverina». Alternó Víctor Barrio con Antonio Rosales y Esaú Fernández, que se marcharon de vacío. Él cortó una oreja de cada novillo e impactó al aficionado calasparreño, acostumbrado a ver pasar a los novilleros más destacados de cada año con las ganaderías más exigentes. La novillada fue del agrado del aficionado, aunque complicada para quienes se están iniciando en la profesión. La forma de resolver del espigado novillero segoviano, su quietud, pureza y verticalidad, desviaron las miradas que se dirigían al fuego de la sierra, hacia el albero de «La Caverina».







Destacó sobre todo lo que ocurrió las demás tardes, que no fue poco. Hasta 3 novilleros cortaron los mismos trofeos que Barrio, Damián Castaño en la novillada de «El Cubo» y Thomas Duffau, Emilio Huertas y López Simón en la de «Luis Algarra». Todos ellos además cortaron el doble trofeo en un mismo novillo, pero el jurado no tuvo duda en otorgar la «Espiga de Oro», a aquel novillero del que todo el pueblo hablaba.

Pedro M. Mellinas @pedrommellinas y Fran Pérez @frantrapiotoros
Fotos: Laforet y Guillermo Lorente
Vídeo: Guillermo Lorente