GANADERÍA DE «LUIS ALGARRA»: UN VALOR EN ALZA

Continuamos nuestro repaso al Campo Bravo Español. En esta entrega, visitamos una de las ganaderías más conocidas en los últimos años en nuestra Región, la de D. Luis Algarra.

Si hay una divisa que está en proceso ascendente y con gran regularidad en los últimos años es la sevillana de Luis Algarra Polera. Los “Algarras” son esperados en 2020 con mucha expectación, más aun si como se dice, van a lidiar en la Feria de San Isidro, para la cual hay reservada una señora corrida y de ello doy fe. Lote que también pudo ir a Pamplona, pero Madrid fue la elegida en esta ocasión, cuando hay una buena base y se trabaja bien, al final llegan los éxitos, aunque lleve su tiempo.

Pero esta historia empieza años atrás, cuando el patriarca Don Salvador Algarra del Castillo se hace ganadero en los años 40 con reses Veragueñas y de Gamero Cívico. En los años 60 y tras la compra del hierro que fuera de Félix Suarez (Santa Coloma), se incorpora ganado de procedencia Benítez Cubero que se mantiene hasta 1975, cuando ya la ganadería empieza a anunciarse como su verdadero y real creador Don Luis Algarra Polera, quien elimina lo anterior y compra uno de los tres lotes en que se divide la ganadería de Juan Pedro Domecq y Diez, otra fue para Diego Puerta y el resto para el reparto familiar y, como dice un amigo mío, “no es lo mismo Domecq y Diez que Domecq Solís”.

Con buena base, trabajo y una buena relación con los “Domecq”, Don Luis ha ido haciendo poco a poco sus “Algarras”. Los cambió de finca a principios de los 80, llevándoselos de la marisma sevillana a Zona de Sierra, a la finca “La Capitana”, donde aún continúan. Empiezon los éxitos y otras ganaderías se nutrieron de las reses de Don Luis, en la década de los 90, aunque también hubieron años no tan buenos, como en todas las ganaderías.

En 2006 murió Don Luis, muy querido por todos los estamentos taurinos y dejó la ganadería a su hijo Luis y a dos de sus siete hijas, Teresa y Aurora, siendo esta última la que lleva la voz cantante en la actualidad, encontrándose la ganadería en un buen momento, aunque quizá le falta dar ese golpe en plazas de primera. Hasta que llegó el idilio con Valencia y éxitos en Francia, la regularidad se ha mantenido y ya empiezan las llamadas de plazas como Bilbao, Pamplona y Madrid, sin olvidar Sevilla, pero no siempre se pueden atender los pedidos, aun teniendo 200 y pico vacas en «La Capitana».

Para 2020 hay unas 8 o 9 corridas, casi seguro que todo se venderá y bien vendido. Lo reservado para Madrid, si no hay bajas, es un «corridón». Año de responsabilidad y de expectación en el que los “Algarras” seguro darán que hablar, deseamos que para bien.

Sirva como recuerdo de éxitos pasados el gran toro de nombre “Peletero”, lidiado en 1995 en la plaza de mi pueblo (Cuellar), para el que se pidió el indulto. Al no ser entonces reglamentario, se le dieron dos vueltas al ruedo.