SERÍA UNA DECEPCIÓN NO VERLE EN LA FERIA DE MURCIA….

Cuando se tiene un propósito, nada ni nadie puede pararte, ni el silencio ni la sinrazón del mundo de los ciegos es capaz de frenarte. La ilusión puede con todo. Si había alguna duda, Jorge Martínez lo dejó claro, otra vez, en Madrid, por San Isidro. Quiere ser figura del toreo.

El de Totana toreó al natural de manera brillante, con ese ángel con el que el Guadalentín bautiza a sus toreros, con la distinción por bandera y el valor como base. Borrachera de toreo que, en la primera plaza de toros del mundo, solo supieron apreciar los verdaderos aficionados, que hoy por hoy, están en peligro de extinción.

Solo así se entiende que Madrid no se partiera con lo ejecutado por este torero, y decimos torero porque su actitud ya es de matador de toros. Si lo que hizo ayer lo hace Castella lo sacan a hombros, si lo que realizó ayer lo hace Emilio de Justo, al menos le dan un orejón de peso. Todo llegará, de momento la alternativa ya la tiene fijada en Almería, pero estamos seguros que Jorge Martínez le va a dar grandes alegrías al sufrido sector taurino murciano, tan necesitado de ello. Jorge, hecho en la escuela taurina de Almería, que hay que decirlo también, ya ha sembrado la base para ser la tercera pieza de la trinidad torera de Eliocroca. Pepín, Ureña, y, seguro, que Martínez.

Ahora solo queda darle facilidades, hacer que su calidad siga engrandeciéndose. No se puede quedar parado. Tiene que torear, tiene que seguir dimensionándose. Sería una decepción no verle en la feria de Murcia, en la que el año pasado cortó cuatro orejas en la novillada, tiene que torear en la Nueva Sutullena, en Cehegín, en Abarán…. y hasta en una portátil en su Totana natal.

Su suerte será la del futuro taurino de la Región de Murcia, de esa, de la que tuvo que salir camino a Almería porque otros “ciegos” no supieron apreciar sus cualidades. Sin quererlo, fue lo mejor que pudieron hacer por él. Seguro que alguno de los que vieron más las normas que las condiciones está ahora arrepentido, pero también está el que se muere de envidia porque está todo el toreo hablando de un torero totanero. Pues, se siente. Y que se siga hablando mucho.