No se vestirá de luces hasta el próximo 10 de junio en la localidad onubense de Hinojos. Lamentablemente, el toreo está como está, no se dan novilladas con picadores, y Murcia, quitando las ferias de Blanca y Calasparra, es un desierto taurino. Lo que le queda, como a tantos chavales que quieren ser toreros, es el campo. Tentar es la mejor forma de mantener la forma, de probarse y prepararse para cuando lleguen las oportunidades. De momento, y es un privilegiado con ello, en lo que va de temporada ha podido actuar en dos festejos, ofreciendo su mejor versión en el celebrado en La Palma (Cartagena), el pasado 9 de abril, donde salió a hombros tras cortar tres orejas. Y después del triunfo, pues a esperar. No le queda otra.
El pasado sábado Víctor Acebo se acercó hasta la ganadería jienense de Araúz de Robles para participar en una tienta de vacas. Como acostumbra, el de Torre Pacheco estuvo sobresaliente ante los animales de esta ganadería que se lidiará en la primera novillada de la “Espiga de Plata” de Calasparra.
Se vio a un Acebo resuelto, repleto de ganas, con mando y poderoso. Exprimió las embestidas de las vacas, cuajándolas por ambos pitones, llevándolas largas y humilladas, recreándose en el toreo al natural. Ojalá que pronto pueda plasmar el buen momento en el que se encuentra en una plaza de toros.
Inmediatamente después de acabar la tarea campera que estuvo bajo la supervisión del mayoral de la ganadería José Ángel Gil y el vaquero Juan Gabriel García, Acebo se fue directamente hasta la localidad almeriense de Abrucena. Allí, dos de los que han sido sus compañeros en la escuela taurina de Almería, Ernesto Lorenzo y Dennis Martín, toreaban una novillada sin caballos en la que triunfaron ambos. Consciente de lo difícil que es dar los primeros pasos en la profesión, Acebo no lo dudó ni un minuto y salió para sacar a hombros a sus compañeros y felicitarles por la buena tarde que echaron y la buena imagen de la escuela taurina de Almería que ofrecieron.
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