Que Jorge Martínez tiene unas condiciones tremendas para ser alguien en el toreo no lo discute nadie, pero para llegar alto tiene que afilar la espada. No puede ser que se le escapen tantos triunfos con la tizona. Este invierno tiene que solucionar el asunto antes de tomar la determinación de tomar la alternativa. Y es que si no se matan a los toros no hay paraíso. No nos queremos ni imaginar que el próximo jueves, en la feria de Otoño de Madrid, cuaje a un novillo de Valdellán y se le escape la gloria con la espada. Él no se lo perdonaría y la frustración de todos los que queremos lo mejor para su carrera sería mayúscula.
Hoy domingo, en la última novillada de la feria del Zapato de Oro de Arnedo, el de Totana volvió a perder el triunfo con la espada. Al noble primero, de la ganadería de Talavante, le cuajó unas excelentes series al natural antes de que el animal cerrara la persiana. Martínez, mostró su gran expresión y concepto, poniendo al público en pie. Con la espada perdió una oreja de mucho peso. Saludó una ovación.
Con el segundo de su lote, otro ejemplar noble de Talavante, el murciano ofreció un tremendo temple para encauzar las embestidas de un tardo novillo que cuando arrancaba daba muchas posibilidades para el triunfo. Martínez supo darle el tiempo necesario al animal y terminó sacando series intensas por ambos pitones, llevando al animal cada vez más largo y redondeando las series con monumentales pases de pecho y bellos pasajes por bajo. Una faena importante que no tuvo la mejor rúbrica con la espada. Fue silenciado.
Álvaro Alarcón, que llegaba con la cornada recibida ayer en Madrid, nada pudo hacer con el deslucido segundo y se entregó con el quinto, un noble y soso animal con el que tuvo que ponerlo todo. Faena de oficio que contó con el poco calado del público.
Marcos Linares mostró su gran concepto con el tercero. El triunfador de la Espiga de Oro de Calasparra dejó grandes momentos con capote y muleta, pero con la espada emborronó su labor. Al sexto, le cortó la oreja, único trofeo paseado en la tarde. A pesar de su deslucida condición, puso empeño el joven por ambos lados y dejó momentos de buen gusto, dejando pinchazo, estocada.
Ficha:
Plaza de toros de Arnedo (La Rioja). Domingo 2 de octubre. Última del Zapato de Oro. Novillos de Alejandro Talavante.
Jorge Martínez, ovación y silencio.
Álvaro Alarcón, palmas y silencio.
Marcos Linares, silencio y oreja.
@elmuletazo