OREJA AL EMPEÑO DE PACO UREÑA QUE PECHA CON EL PEOR LOTE DE VICTORIANO DEL RÍO EN LA PENÚLTIMA DE LA FERIA DEL TORO DE PAMPLONA

La plaza de toros monumental de Pamplona registró este miércoles 13 de julio, en la penúltima corrida de toros de la Feria del Toro, un auténtico llenazo. Las peñas de sol y los aficionados de sombra acudieron en masa al reclamo del torero taquillero de la actualidad, Andrés Roca Rey. El peruano, que ya triunfó el Iruña el pasado jueves, volvía para revalidar el triunfo y competir esta vez con los espadas Miguel Ángel Perera y Paco Ureña. Este último regresaba a Pamplona después de haberse quedado fuera de los últimos Sanfermines prepandemia, los de la temporada del 2019, año en el que el de Lorca se coronó triunfador de la temporada por sus triunfos en Madrid y Bilbao. Además, el de Lorca hacía su primer paseíllo en la monumental pamplonica después de su tremendo percance en Albacete, donde perdió un globo ocular. Para la ocasión se lidiaron toros de Victoriano del Río, de buena presencia.

Abrió el festejo un animal bello de lámina, tostado de capa, que se dejó en los primeros tercios. Miguel Ángel Perera lo recibió bien a la verónica. Tras un puyazo de trámite, Paco Ureña quitó también por verónicas, rematando con una media. En el tercio de banderillas, “Bocinero” se arrancó con alegría dando muestras de que en su interior tenía fondo suficiente para que el torero consiguiera el triunfo. Juan Sierra y Vicente Herrera saludaron tras parear con emoción y brillantez. Perera, sabedor de que tenía material para formar la tremolina, se tiró de hinojos para iniciar la faena. La serie, ejecutada en la primera raya, tuvo emoción porque el animal embistió por abajo con todo. Lo bordó Perera con derechazos entregados y rematando con un soberano pase de pecho. Luego, la faena se fue abajo. Perera se mostró demasiado cómodo y el animal pedía toreo de verdad. Pamplona pedía emoción y lo que hubo fue conformismo. Perera no pegó el petardo, se dedicó a pegar pases sin más. Dejó una estocada arriba. El toro tardó en caer y el puntillero tampoco estuvo acertado. Pese a ello Pamplona, siempre tan gentil, premio a Perera con una oreja con sabor a poco. Y es que “Bocinero”, que fue fuertemente aplaudido en el arrastre, era de premio gordo.

Al ritmo de “El Rey” de José Alfredo Jiménez coreado por las peñas, Paco Ureña saludó al colorado segundo de nombre “Enamorado”. Un animal serio que no se prestó al lucimiento en el recibimiento. En varas, Juan Melgar marró en el primer encontronazo y picó arriba en el segundo. Curro Vivas y Agustín de Espartinas cumplieron sin más con los palos. Con el toro sin definir, Ureña decidió brindar la faena al respetable. Tanteó con suavidad en el inicio de trasteo, templando y abriéndole los caminos a un animal que cerró la persiana demasiado pronto. El de Lorca mostró voluntad, pero las nulas condiciones del toro, que se quedaba corto y embestía en plan cansino, impidieron que la faena se fuera arriba. No cejó en el empeño el lorquino, que dibujó buenos muletazos, sobre todo por el pitón izquierdo. No estuvo acertado con la tizona, pinchando en varas ocasiones y provocando el enfado de las peñas. Escuchó silencio tras aviso.

Pamplona tiene un ídolo y es del Perú. Su valor llega a los tendidos de sol igual que el calimocho. Todo a la muleta, dijo el peruano. La lidia de “Jaceno” se mantuvo en tono gris, donde solo destacó un buen par de Javier Ambel. Dispuesto a todo, el peruano no brindó la faena, pero si plasmó una gran actuación donde templó y se la jugó ante un colaborador toro de Victoriano del Río.  Desde el minuto uno la plaza se volvió loca con él. Dejó tandas de derechazos bajando mucho la mano, muy profundos, aprovechando la gran fijeza del toro. Siguió por naturales, donde disfrutó y se relajó. Y se quedó quieto, muy quieto, toreando en un palmo de terreno y pasándose el toro por los muslos, por la espalda y poniendo a la plaza en Marte. Calor total. Pinchó antes de dejar una estocada entera. Paseó una oreja con petición de la segunda. Al toro de Victoriano del Río se le premió con una excesiva vuelta al ruedo.

Entre el silencio de la merienda y las mascadas, toreó Perera al cuarto. Un “Dulce”, como su nombre, que colaboró y se deslizó en la muleta del extremeño con movilidad, pero poca transmisión. Miguel Ángel dejó una labor aseada, limpia, toreando sobresalientemente al natural. Ahí fue donde llegó el turrón de verdad de la faena. Se entregó Perera, llevó al toro largo pero la mecha de la conexión con los tendidos no llegó a prender como él pretendía. Dio pases de todos los colores el extremeño. Mató de estocada arriba que desencadenó una petición de oreja que la presidente del festejo atendió. Oreja, que sumada al trofeo que cortó al primero, le abría la puerta grande.

“Misigato”, quinto del festejo, se desplazó bien de salida. Paco Ureña lo recibió voluntarioso con la capa. Pedro Iturralde cumplió con la puya en dos encontronazos donde cuidó al animal. Agustín de Espartinas y “Azuquita” parearon sin más. Ureña, muy serio y con cara de circunstancia, no brindó y se fue a por el animal deseoso de agradar. En la primera tanda, pegada a tablas, el de Lorca pulseó la embestida de un animal que protestó en cada pase. Se afanó el de Lorca por el pitón derecho donde surgieron pases de buen trazo, algo tropezados. Poco a poco el animal se fue apagando, pero no el torero, que buscó con empeño que el trasteo tomara vuelo. Por el izquierdo lo intentó, se colocó bien y sacó algún muletazo de buena factura. Se arrebató al final de faena, justificando su presencia en la feria. Mató de entera desprendida y perpendicular de efecto rápido. Los tendidos le pidieron una oreja que terminó siendo concedida. Paseó sonriente, al fin, el generoso trofeo.

Lanceó a la verónica Roca Rey al sexto toro en los medios. Después dejó chicuelinas muy ceñidas en el quite. Antonio Chacón saludó tras parear con elegancia. Brindó el peruano al público, ya rendido a sus pies. Muy firme en los medios toreó con la mano derecha, ajustado e hilvanando los muletazos para conectar con el público. Perdió la muleta mientras se estiraba al natural, en un momento donde a punto estuvo de cogerle el toro, pero con habilidad se lo pasó por detrás. Sometió al toro, quieto en el sitio y asustando a los asistentes. Pinchó antes de recetar una estocada caída. Fue premiado con otra generosa oreja que le permitía salir por la Puerta Grande.

Ficha:

Plaza de Toros de Pamplona. Miércoles 13 de Julio de 2022. Penúltima de la Feria de San Fermín.

Toros de Victoriano del Río, bien presentados y de juego variado. El 3º premiado con una excesiva vuelta al ruedo en el arrastre.

Miguel Ángel Perera: Oreja y Oreja.

Paco Ureña: Silencio y Oreja.

Andrés Roca Rey: Oreja y Oreja.

Entrada: Lleno de “No hay billetes”

Por Fran Pérez @frantrapiotoros para El Muletazo

Fotos: EFE / REUTERS

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