Un gran torero debe sustituirse por otro gran torero. Es una lástima que la apuesta de Emilio de Justo, en su encerrona con seis toros en Madrid, se desbaratara tras sufrir una tremenda cogida a la hora de entrar a matar al toro de Pallarés que abría el festejo. El extremeño cayó con todo el peso de su cuerpo sobre el cuello y el impacto le produjo el estallido de la masa lateral izquierda de atlas (vértebra C1) y fractura estallido de masa lateral derecha de Axis (vértebra C2), sin desplazamiento. Una tremenda lesión cervical que le tendrá apartado de los ruedos al menos, y siendo optimistas, tres meses.
Emilio deja una agenda cargada de festejos de enorme responsabilidad. Dos tardes en la feria de Abril de Sevilla, la conformación en la plaza de toros de México, un mano a mano con “El Juli” en la feria de Pascua de Arles y 3 corridas de toros, 3, de enorme expectación, en la feria de San Isidro de Madrid, sin contamos la Beneficencia.
¿Y ahora qué? Pues los empresarios se tienen que afamar para que los festejos no pierdan ni un ápice de interés haciendo a la vez que la tauromaquia recupere ese sentido de la meritocracia que, casi siempre, se pierde en los despachos. Tienen que torear los hombres que, como Emilio de Justo, han conseguido méritos jugándosela a carta cabal en los ruedos. Véase un nombre en especial, que ha tenido que superar circunstancias y lesiones graves como la que ahora tiene por delante De Justo y que ha sido maltratado durante este inicio de temporada. Es de Lorca, y se llama Paco Ureña.
Y en ese punto hay que llamar a las puertas de la calle Adriano de Sevilla. Ramón Valencia tiene que rellenar los festejos del sábado 30 de abril, donde está anunciada una corrida de Victorino con Antonio Ferrera y Miguel Ángel Perera; y otra el jueves 5 de mayo, donde en el cartel permanecen Diego Urdiales y Cayetano con los toros de Matilla.
En la presentación de los carteles, el empresario del coso del Baratillo anunció que no había llamado al murciano porque no podía ofrecerle un sitio acorde al su estatus de figura. Pues el señor Ramón Valencia ya puede estar descolgando el teléfono, el sitio, aunque sea por la vía de la sustitución, ya lo tiene. Esas palabras de justificación no deben caer en saco roto y debe demostrar el señorío de la empresa Pagés.
Luego está Madrid. Ureña fue el triunfador del último San Isidro, el de antes de la pandemia. Para volver a torear en el serial más importante del panorama taurino ha tenido que encerrarse con seis toros el 21 de mayo. Era eso o quedarse fuera, porque Plaza 1 ya tenía los carteles de relumbrón cerrados. Una apuesta que debe ser recompensada entrando en uno de esos festejos que no le dieron en un principio. Hay dos fechas señaladas, la del 27 de mayo, con los toros de Victoriano del Río, y Diego Urdiales y Talavante en el cartel, o la corrida extraordinaria de la Beneficencia, del 1 de junio, que se la deben al ser el triunfador del 2019, y en la que se acartelería con Morante de la Puebla y Ginés Marín con los toros de Alcurrucén.
Si la tauromaquia fuese justa, no existirían dudas al respecto.
Por cierto, #FuerzaEmiliodeJusto
@elmuletazo