PEDRO NAVARRO Y FELIPE ALCARAZ SALEN A HOMBROS JUNTO A ROCÍO ARROGANTE EN YECLA

La plaza de toros de Yecla acogió este sábado, 3 de julio, su segundo acontecimiento taurino de la temporada. Tras la novillada con picadores celebrada en el pasado mes de mayo, esta vez le tocaba el turno a un festejo mixto en el que hicieron su presentación dos murcianos, el rejoneador de Torre Pacheco, Felipe Alcaraz, y el novillero sin picadores de Yecla, Pedro Navarro. Junto a ellos hizo el paseíllo la rejoneadora manchega Rocío Arrogante que abrió plaza en un festejo en donde se lidiaron reses de Juan Tassara y Eugenio Frías.

Antes de romperse el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de las personas fallecidas de la Peña Taurina Yeclana, seguidamente sonaron los acordes del himno español.

La amazona estuvo voluntariosa con el primer novillo del festejo. Tras los nervios del inicio, donde puso dos rejones de castigo traseros, se centró más con las banderillas, donde consiguió conectar con un público que vio como poco a poco iba cogiendo más confianza. Más relajada, y con el apoyo del público que la notó algo afligida, cogió moral y terminó poniendo alguna banderilla con acierto. Fue efectiva a la hora de usar la hoja de peral y paseó dos generosas orejas que un cariñoso público pidió con insistencia a la presidencia.

El rejoneador Felipe Alcaraz debutó ante el público mostrando buena doma y clase. Como es normal en alguien que empieza, navegó entre las dudas, los nervios y las ganas. Clavó dos rejones de castigo aceptables y lo dio todo en banderillas, aunque muchas veces la colocación de las frías no fuera la mejor. Los nervios se impusieron a la hora de matar al novillo, tuvo que entrar 4 veces con el rejón de muerte y echar pie a tierra para rematar al animal con el descabello, con el que tampoco estuvo acertado, incluso el novillo llegó a echarle mano, afortunadamente sin consecuencias. Escuchó las palmas del público al finalizar su actuación.

El yeclano Pedro Navarro debutó de luces ante sus paisanos mostrando sus ganas de querer ser torero. Fuera de la disciplina de la escuela taurina de Murcia el chaval trata de seguir el buen camino para llegar a conseguir su sueño de ser alguien en esta difícil profesión. Tuvo muy buena predisposición con capote, lanceando bien a la verónica, como con muleta, donde consiguió dar tandas buenas a un colaborador y terciado eral de Eugenio Frías. Lógicamente, tiene mil defectos que corregir, pero si sigue con la actitud mostrada y consigue evolucionar cada día, tendrá más cerca el sueño que persigue. Mató al segundo intento y paseó un apéndice.

Mucho más asentada que con su primer oponente, Rocío Arrogante cuajó una muy buena actuación con el cuarto de la tarde. Dejó en buen lugar los rejones de castigo y fabricó una faena alegre presidida por la buena doma. Clavó las banderillas con acierto y garra, contagiando a los presentes de emoción ante el esfuerzo realizado. Terminó con cortas en buen lugar y mató de nuevo con eficacia desatando la locura. Se le pidieron los máximos trofeos que un palco poco exigente otorgó.

Con los nervios aparcados después del debut, el pachequero Felipe Alcaraz mostró su mejor versión con el quinto. Arrollador desde el primer momento, paró con elegancia, clavó acertadamente los rejones de castigo y realizó una faena notable que fue a más. Muy apoyado por la legión de seguidores que acudieron hasta Yecla para ver su presentación, el rejoneador dejó las banderillas arriba, dándole el pecho de los caballos al novillo, dejando claro que lo suyo no va de broma y que va a por todas para labrarse un futuro en el arte de Marialba. Lamentablemente, manejó otra vez deficientemente la hoja de peral, aunque eso no fue un impedimento para el triunfo ya que se le concedieron las dos orejas.

Cerró el festejo Pedro Navarro que espoleado por el triunfo de sus compañeros salió a revienta calderas para no quedarse atrás y conseguir también la puerta grande. Se abrió bien de capa en el recibo al novillo, dejando un ramillete de verónicas de buen trazo que enloquecieron a sus más fervientes partidarios. Con la hierba en la boca, el yeclano se puso en el sitio, y aunque falto de técnica, tiró de corazón y ambición para terminar dando series muy buenas. Con la derecha tiró del novillo y remató las tandas con pases de pecho, con la izquierda, le costó más pero sacó algún natural de buen tono. Mató eficazmente y paseó otra oreja.