Que el futuro de la tauromaquia no se podrá garantizar jamás con concilios infértiles o en trincheras administrativas, y mucho menos con subterfugios leguleyos, es una realidad en la que no podemos perder ni un solo momento. El cimiento para recuperar el esplendor social y económico del que siempre ha hecho gala el mundo del toro se encuentra muy lejos de folclores sentimentalistas y, por el contrario, muy cerca del enfoque profesional que hoy capitanea la Fundación del Toro de Lidia.
Su apuesta por la unión del sector está hoy más viva que nunca, y esto nos hace recuperar la ilusión. La Liga Nacional de Novilladas encarna el proyecto más ambicioso que jamás haya puesto en marcha el grueso de la familia que conforma la cultura taurina. Por el presente y, sobre todo, por el futuro: una Liga que se está celebrando, no lo obviemos, gracias a la solidaridad de todos los que hicieron posible la Gira de Reconstrucción y que posibilitará que se celebren festejos hasta en ocho provincias donde no hubo toros en 2020.
En este sentido, y como murcianos, debemos de reparar en este punto. Resulta tremendamente preocupante que el gobierno regional presidido por López Miras no haya demostrado todavía la voluntad de arropar un proyecto que hoy se abre camino por toda la geografía española.
El novillero de Totana Jorge Martínez será, por tanto, el único atisbo de murcianismo presente en el circuito. El joven espada, que llega de brillar a gran altura en el CART mexicano, actuará esta tarde en una de las novilladas que, por otro lado, pone de manifiesto el sobresaliente proyecto de la FTL. Será en Palos de la Frontera. Allí se las verá frente a novillos de Juan Pedro Domecq y Prieto de la Cal, todo un homenaje para el Día Mundial del Medio Ambiente.
Dos ganaderías legendarias y, a su vez, antagónicas. Desde la filosofía y personalidad de sus criadores, hasta el ADN de sus reses. De toros jaboneros muy bravos, a la nobleza sevillana. Del último reducto del legendario encaste Veragua, al hierro preferido por las figuras de hoy. Una autentica exhibición de historia natural que la FTL ha hecho posible.
Porque la Liga Nacional de Novilladas, además de fortalecer el talento joven, es también ese aliento que necesitaba el campo bravo por la variedad de encastes y de ganaderías. Y el dato es magnífico: 51 ganaderías distintas se han anunciado en los tres primeros circuitos de competición y que se lidiarán con el objetivo de descubrirle al aficionado las diferencias de comportamiento y juego entre encastes. Queridos aficionados: el incomparable tesoro biológico de la cultura brava vuelve a estar de moda.
Antonio José Candel / @AntonioJoCandel