Recuerdo con gracia aquella mítica frase del presidente del Real Betis Balompié cuando el equipo de la capital hispalense subió a primera división en la temporada de 1994. Manuel Ruiz de Lopera, con ese acento sevillano de palmera y gran poder soltó: «¡Estábamos en la UVI! Nadie daba un duro por nosotros. Yo os entrego un Betis libre, limpio, de ustedes ¡Viva el Betis!»
Dirán que qué hago escribiendo de fútbol en una web taurina. «¡Tranquilos!», (en plan Florentino Pérez), la comparación es solo para decirles que la tauromaquia en la Región de Murcia está como aquel Betis descendido del 93, en cuidados intensivos, agonizando, se le va la vida a chorros como a Pepe Luis Vargas a portagayola, pero, sin embargo, como todo en la vida, hay esperanza. Lo cierto es que tenemos más moral que el Alcoyano, que pese a las circunstancia adversas, siempre tenemos la confianza de que todo va cambiar y que nuestra Cultura será objeto de impulso, que la gente volverá a las plazas, que los ayuntamientos volverán a dar toros, que la Comunidad y sus políticos al servicio de las urnas saldrán de detrás de la mata, que nacerán nuevas estrellas taurinas….
De tanta moral, vamos a morir de ilusos. Nada va a cambiar si los propios taurinos no cambian. Si nada se mueve. Ese movimiento tiene que llegar desde el corazón de la fiesta de los toros, que son los toreros, novilleros, empresarios, ganaderos y aficionados. Si ellos no son capaces de mostrar unión, fuerza y poder, la fiesta de los toros seguirá ninguneada, utilizada, será un arma manejada al antojo de los poderosos. La autosuficiencia es la clave para hacer que esta cultura, la taurina, la nuestra, salga victoriosa y alcance de nuevo la primera división.
Hoy por hoy, somos vistos como cuatro paletos que piden subvenciones a la administración, vamos de divos, fantasmeando, pidiendo lo que nos merecemos, pero ¿realmente lo merecemos? ¿Qué están haciendo los taurinos para merecer ese esfuerzo en los presupuestos? Ojo, no vale eso de que “cómo se las dan a otros yo también lo pido”. Puede que “otros”, por muy listos que sean, si hayan demostrado que merecen la implicación de la administración. Seamos sinceros, que aquí no se montan más festejos porque no va ni el Tato a verlos, porque son una ruina pura para el promotor de los mismos. Y entre esa ruina pura, luego nace esa corrupción taurina que hace que los novilleros y toreros tengan que pagar por torear, que no se pague lo estipulado, que el túnel (torear por debajo de los mínimos económicos establecidos en el convenio) sea una normalidad y que muchos vayan por un bocadillo de mortadela y el boletín. Luego que si no salen novilleros, que si se retiran, que si no torean…. ¡Atención!, que también se olvidaba, que el Juzgado número 3 de Murcia está investigando un presunto fraude en las ayudas que recibía la desaparecida escuela taurina de Murcia….. Esa es nuestra fuerza actual, lamentablemente.
En Murcia no tenemos a Ayuso y a Miguel Abellán que han hecho una apuesta de 1,4 millones de euros por la tauromaquia, pero si tenemos un gobierno regional que ha rechazado una propuesta de un Circuito de Novilladas de la Fundación del Toro de Lidia diciendo que sería el mismo el que lo organizaría y que ha regalado está temporada 58.500 euros a ocho asociaciones para desarrollar distintas actividades de fomento de la cultura taurina y de apoyo a jóvenes valores. Por el momento no tenemos constancia de que se vaya a celebrar ningún circuito taurino auspiciado por el Gobierno Regional de Murcia, pero si sabemos que hay ocho asociaciones que tienen el deber de fomentar la cultura taurina.
El tema está en que si fomentar la cultura taurina es que vayan cuatro gatos a ver lo que dice un torero en una tertulia o que se hinchen de comer y beber los aficionados en una fiesta; lo mismo fomentar la tauromaquia va de otra cosa. A lo mejor hay que darles oportunidades a los novilleros de nuestra tierra, hacer que toreen, que la gente los apoye en los tendidos, que se sienta la competencia entre ellos, en definitiva, que se sientan arropados. Es imposible fomentar la tauromaquia en una tierra donde no nacen toreros o donde se les asfixia para que abandonen la profesión.
Decíamos que la autosuficiencia de la fiesta era el primer paso para que se le haga caso. Imagínense que esas ocho asociaciones donaran la ayuda regional. Poner la subvención a cambio de que se organicen dos novilladas con caballos en donde tuvieron cabida los novilleros de nuestra región. Y que además contarán con el apoyo incondicional de todas esas asociaciones en los tendidos de las plazas de toros. Futuro en el ruedo y demanda en los tendidos. Eso si que sería la mejor fuerza. Así sí que nos mereceríamos de verdad contar con ayudas. Así, los políticos, que piensan en la urna, verían votos y entonces la ayuda caería como agua de mayo.
Necesitamos, ya, con urgencia, gritar como Lopera: «Estábamos en la UVI. Nadie daba un duro por nosotros, pero tenemos una tauromaquia libre, limpia, de todos los aficionados, de todos los profesionales. ¡Viva la tauromaquia!»
Por Fran Pérez @frantrapiotoros