Mientras siguen disminuyendo los festejos de promoción y desvaneciéndose las ilusiones de los jóvenes que sueñan con ser toreros, a los que cada día se les ponen más trabas, pueblos taurinos como Calasparra siguen manteniendo su compromiso con las jóvenes promesas.
Regresaba a la programación local de la temporada la novillada sin picadores, en la que se ponía en liza el trofeo “Espiga de Plata”.

Abría la tarde Angelín, murciano de la Escuela Taurina de Alicante. Poco se le puede reprochar a la disposición del novillero, que se fue a por el primero a portagayola, aguantando unos segundos eternos entre un silencio sepulcral. Tras el recibo capotero y quite posterior, comenzó la faena de muleta en la misma boca de riego, de rodillas citando por la espalda. El novillo tuvo una embestida quebrantada que hacía más difícil estar confiado. Sufrió un feo revolcón antes de montar el estoque, que dejó al encuentro demasiado delantero. Se atascó con el descabello hasta escuchar dos avisos, siendo ovacionado. Debemos apuntar también la disposición a la hora de querer gustar en el quite al novillo que cerraba la tarde, tan incierto como el que le correspondió en suerte.
Mostró Samuel Navalón corte de torero clásico, muy del gusto del aficionado, ya desde el recibo. Invitó a poner banderillas a Iván Rejas. Entendieron bien ambos que además de competir el toreo también es de colaborar para divertir y levantar a la afición, algo que hicieron con brillantez. Brindó a su abuelo, antes de dejar con la muleta los mejores momentos más toreros de la tarde, con derechazos templados y largos pases de pecho. Por el izquierdo hubo algún enganchón más, pero todavía más ajuste. Un final de faena por luquecinas junto a tablas y bernardinas antes de irse a ejecutar la suerte suprema, llegando a escuchar un aviso antes de entrar a matar. No le ayudó el novillo en el supremo encuentro, teniéndolo que hacer todo Navalón, colocando la espada trasera. Cayó el animal al tiempo que sonaba el segundo aviso. 1 oreja con petición de la segunda.









García Palacios se lució en el novillo de Navalón en un jaleado quite. Metía la cara con calidad el novillo que le correspondió en suerte, carente de fuerzas, lo que dificultaba la ligazón, pero no impidió que pudiese mostrar su condición, trenzando muletazos brillantes, sobre todo por el pitón izquierdo. No estuvo acertado en la colocación del estoque. Ovación.




El granadino Iván Rejas estuvo toda la tarde ofreciendo espectáculo, con un toreo muy orientado a mantener la atención del público en lo que ocurre en el ruedo. Tan dispuesto como apurado en banderillas, destacó sobre todo el valor y condición física. En cuanto a colocación, cabe destacar el cuarto par. No correspondió a la invitación anterior de Navalón, protagonizando los cuatro pares de banderillas. Ya con la muleta, llegó al tendido a base de valor y variedad, todo un derroche de pundonor y de llamadas a la atención del público, que no pestañeó. Enterró el estoque de forma habilidosa, cortando las dos orejas. El novillo fue premiado con la vuelta al ruedo.












El cordobés Enrique Herreros debutaba de luces en Calasparra, lo cual ya tiene mérito. Le correspondió el novillo que menos posibilidades de lucimiento ofreció. No pudo lucirse en la faena y pasó un mal trago con la espada. Recibió una ovación del público calasparreño, que volvió a demostrar, con él y durante toda la tarde, que es tan exigente pidiendo trofeos, como cariñoso con las ovaciones, sobre todo para los más jóvenes.
FICHA DEL FESTEJO:
Calasparra (Murcia). Novillada sin picadores. 5 novillos de Martín Campos. El cuarto premiado con la vuelta al ruedo. Manejable el segundo y deslucidos e inciertos primero y quinto. Entrada: Casi media
José Angel Noguera “Angelín”, ovación
Samuel Navalón, 1 oreja
García Palacios, ovación
Iván Rejas, 2 orejas.
Enrique Herreros ovación.
NOTA: Al final del festejo, reunido en jurado, declararon triunfador de la «Espiga de Plata» a Iván Rejas

Pedro M. Mellinas @pedrommellinas Fotos: Laforet