Mientras que otros toreros van de divos anunciándose por las plazas con toros cuya integridad deja mucho que desear, es decir, recién salidos de la peluquería, y nos venden su esfuerzo como algo fuera de lo normal; va “Rafaelillo”, de Murcia, con 26 años de alternativa a sus espaldas, con su carrera hecha y contrastada, y se pone delante de los toros que aparecen por los chiqueros tal y como su madre los parió, y encima triunfa sin paliativos con ellos. Si no existiera “Rafaelillo” habría que inventarlo. Toreros como él te reconcilian con una fiesta de los toros donde han normalizado el fraude. Decir “Rafaelillo” es sinónimo de verdad.
Lamentablemente, el sector no le está reconociendo todo lo que ha puesto sobre los ruedos, donde casi entrega la vida en Pamplona. Si hubiera sido otro torero estaría abriendo carteles de relumbrón en todas las ferias, pero “Rafa” no lleva parche, lleva un corazón que no le coge en el pecho. El de Murcia sigue navegando por el mar de las corridas duras, dando lecciones y emocionando a los públicos. Ojo con el catedrático, que este año ha vuelto a recuperar el trono.
El próximo viernes, 22 de julio, en la feria de la Madeleine de Mont de Marsan, la afición francesa podrá comprobarlo. Será con una corrida de toros de Cuadri. Luis, nuevo representante de la vacada, ha enviado, con el beneplácito de su tío Fernando, hasta los corrales de las Arènes du Plumaçon, una corrida de toros con toda la barba. Cabeza de camada, con un trapío que asusta y unos pitones de respetar. ¡Viva el toro!
Junto a “Rafaelillo” actuarán Octavio Chacón y Damián Castaño, otros dos que van por la senda de la dureza, otros dos a los que no se les puede discutir nada.
@elmuletazo