A todos los aficionados a los toros que conocemos su historia se nos ruboriza la piel cada vez que la recordamos. Nada más mencionar su nombre, la emoción invade las cuencas de nuestros ojos y el cabreo por lo injusta que es la vida nos florece. Adrián Hinojosa nos enseñó a su corta edad que por muchos marrajos que te eche la vida la ilusión nunca se debe perder.
El niño valenciano se sintió fuertemente atraído por la fiesta de los toros desde que vio una novillada en Valencia en el año 2013 en la que participaron los entonces novilleros Román, Juan Leal, Posada de Maravillas y el murciano Antonio Puerta. Desde entonces la pasión por la tauromaquia y el deseo de querer ser torero no se le quitaba de la cabeza. Pero antes de que la vida le diera la oportunidad de probar su valor delante de un becerro, la muy inoportuna le puso por delante al más cabrón de los toros con los que se puede cruzar el ser humano. En 2015 se le diagnosticó un cáncer (Sarcoma de Ewing) que afrontó y le plantó cara con garra, con pundonor y con todos los arrestos posibles, al igual que su ídolo torero se mostraba en las plazas con los toros que no todos los toreros son capaces a torear. Adrián se empapó de la raza de Rafael Rubio “Rafaelillo” y el torero de Murcia de ese valor inocente que todavía le hace caminar por las plazas y triunfar en ellas con 26 años de alternativa. Su conexión fue perfecta.
Entre tanto, había que darle alas a la institución donde se fabrican los estoques para tratar de acabar con estos toros inesperados. El mundo del toro se mostró, como suele hacer, solidario, para recaudar fondos a beneficio de la Fundación de Oncohematología Infantil a través de la organización de un festival taurino que tuvo lugar en la plaza de toros de Valencia el 8 de octubre del 2016. El festejo, en el que participaron “El Soro”, Vicente Barrera, Enrique Ponce, “Rafaelillo”, Román, Ginés Marín y Fernando Beltrán fue un éxito artístico. Lo mejor fue ver la sonrisa de Adrián que fue sacado a hombros al finalizar el festejo. Verle así de feliz en el mejor día de su vida fue algo extraordinario.
Lamentablemente, a los pocos meses, en abril del 2017, Adrián partía al palco celestial, a donde van todos los aficionados a los toros de bien a la vera del Rey de los Toreros. Mientras que se empapa de la sabiduría taurina de los mejores allí, en la tierra ha dejado un gran desconsuelo. Pero esa sonrisa de aquel festival en el coso de la calle de Játiva tiene que perdurar, y es que, como reza la pancarta que sigue colocada en las andanadas del coso de Monleón: «Sólo muere aquel quien cae en el olvido».
Ahora, Eduardo Hinojosa, padre de Adrián, está luchado para que se cree un festival anual en la plaza de toros de Valencia en la que se recuerde a su hijo y que cada año recaude fondos para Fundación de Oncohematología Infantil del hospital Niño Jesús de Madrid.
Tras diversas conversaciones, ha encontrado el apoyo político de la Diputación de Valencia y el de un montón de toreros, aficionados y profesionales taurinos, encabezados por “Rafaelillo” para que el festejo pueda ser una realidad. Solo queda que la empresa Espacios Nautalia 360, adjudicataria del coso valenciano, se estire y haga de organizadora del evento.
Por el momento, Rafael García Garrido, no se ha pronunciado. Si lo han hecho por redes sociales buena parte del panorama taurino actual. Entre ellos el ya mencionado “Rafaelillo y Paco Ureña, que además se han ofrecido a torear por la causa. “Todos sabéis quien fue para mi Adrián y los valores que me inculcó en vida. Fue muy generoso y pidió para niños que estaban como él. Por eso pido que se instaure en Valencia un festival anual que recaude fondos para los niños que sufren cáncer infantil”, recalca “Rafaelillo”. “Pido que se organice en Valencia un festival anual en memoria de Adrián para recuadrar fondos para la investigación del cáncer infantil. Su nombre no tiene que olvidarse por tanto cariño que nos ha dado a todos”, apostilla Paco Ureña.
De no pronunciarse la empresa de la plaza de toros de Valencia, otros empresarios deberían coger la iniciativa altruista. “No quiero ningún tipo de protagonismo ni lucrarme”, señala Eduardo Hinojosa. En este punto ANOET, la asociación nacional de empresarios taurinos, debería coger el toro por los cuernos.
Un festival que podría ir cambiando de sede cada año, en plazas con capacidad suficiente para generar una cuantiosa recaudación.
De festivales taurinos benéficos exitosos en lo artístico y en lo económico sabemos bien en Murcia. Ahí están los ejemplos del festival a beneficio de la AECC o del recordado festival para recaudar fondos para los afectados del terremoto de Lorca. No desentonaría nada que a final de temporada el festival se celebrase en La Condomina, ahora que la pandemia lo permite y que este año no se ha celebrado el de la AECC. Sería un puntazo del Gobierno Regional y de la empresa Toros Sureste. Y es que la bella plaza de toros de Murcia sería el lugar perfecto para que “Rafaelillo”, Paco Ureña y amigos homenajeen la figura del gran Adrián.

@elmuletazo