El presidente se llevó la oreja, pero no pudo con el reconocimiento de todos los aficionados. El paso de Jorge Martínez por la feria de San Isidro ha sido impactante. Pese a que el pasado lunes su compañero Álvaro Alarcón se llevó los titulares tras salir por la Puerta Grande de Las Ventas, toda la afición habla de la tremenda actuación que dio el de Totana ante el lote más complicado y difícil de la novillada enviada por Ricardo Gallardo.
Los que ya conocían sus enormes cualidades para ser torero se ratifican en que tiene madera para llegar a ser un torero de época, mientras que los que no lo habían visto nunca se han subido al barco de este rubio totanero, que torea como los ángeles, que expresa con sentimiento y que tiene un valor a prueba de bombas.
La vuelta al ruedo, sin el despojo, fue clamorosa. Una vuelta que olía a triunfo grande y que solo el presidente del festejo, un tío que se hace el durito con un chaval y luego traga con las figuras, no supo sentir.
Ahí está la reacción del respetable que pidió que diera una segunda vuelta al ruedo, algo que el novillero no quiso hacer por respeto a la primera plaza de toros del mundo. Pero si la da no hubiera pasado absolutamente nada.
Tras su paso por Madrid, alimentado además por su buena actuación en Sevilla un día antes, Jorge se coloca ahora en un lugar privilegiado del escalafón de novilleros. Su nombre debería aparecer en todas las ferias donde se den novilladas y en todas las ferias de novilladas importantes. Si no decide tomar la alternativa antes (algo que está por ver), debería estar en las ferias de Blanca y Calasparra, bastiones novilleriles de la Región de Murcia, que tienen que tener la presencia del novillero puntero de la comunidad.
Y en este punto nos acordamos también de la feria de Murcia. A Jorge le ha llegando el momento de pisar otra vez La Condomina, de entrar por la Puerta Grande de esa plaza donde inició el sueño de querer ser torero. Ya sea toreando una novillada con picadores, tomando la alternativa o toreando una corrida de toros si es que la toma en Almería, el de Totana debe ser un fijo en la feria que prepara Ángel Bernal. En él reside el futuro más inmediato del toreo en la comunidad.
Saben que hace algunos años, los que entonces dirigían la extinta escuela taurina de la Región de Murcia consiguieron que se fuera por la puerta de atrás, echándole como un perro solo por haber toreado una vaca en una comunión. Los dirigentes de la escuela, alertados por algunas voces chivatas, dijeron que no había avisado a la institución y que eso estaba fuera de los estatutos. Su castigo, en lugar de la comprensión que necesitaba un niño, fue la expulsión.
Aquello, en un primer momento, fue un palo duro, pero a la vista de los acontecimientos fue lo mejor que le pudo pasar. Se fue a la de Almería a seguir cumpliendo sueños, allí no les hicieron caso a las presuntas llamadas de la dirección artística de la desaparecida escuela de Murcia para que le cerraran las puertas. Mientras que él progresaba en la escuela almeriense y ganaba importantes certámenes en Andalucía, la escuela de Murcia se iba al garete, con las acciones de un presunto sinvergüenza y las sospechas de un presunto fraude en las subvenciones que recibía de la comunidad.
No sabemos lo que pasará con su carrera. La suerte, las cornadas de los toros, las que no son de los toros, dictarán sentencia, pero seguro que hoy a Jorge le saben esos muletazos de la vaca de la comunión a la mismísima gloria.
Jaque Mate
Por Fran Pérez @frantrapiotoros / Foto: Su Ortiz