Para triunfar en la vida hay que tener confianza y seguridad en ti mismo. En el mundo del toro la actitud es algo prioritario, sobre todo si tú currículum todavía tiene mucho espacio en blanco. Pasar por una feria de novilladas con peso dentro del calendario taurino y no mostrar actitud es un pecado muy gordo. Ayer domingo, 15 de agosto, pasó por Blanca un joven murciano que dejó huella entre el aficionado más exigente, su nombre José María Trigueros y su carta de presentación estuvo encabezada con letras comprometidas: valor y verdad.
Hoy estará en la gran final del I Certamen de Novilladas «Villa de Blanca» porque se jugó la vida desde el minuto cero. Se me olvidaba, Trigueros no hizo el paseíllo solo, pero después de ver un recital de raza y bravura torera uno apenas se acuerda de que Manolo Vázquez, espada de dinastía había toreado en un festejo marcado con el sello personal de José María Trigueros. La novillada de Juan Pedro Domecq resultó manejable en líneas generales, lidiándose novillos de interesante juego.
Esta tarde se cierra el ciclo con un festejo que promete. Con novillos de la ganadería de Pincha harán el paseíllo Manuel Perera y José María Trigueros, que Dios reparta suerte.
CONTRACRÓNICA: Por Jesús Cano Melgarejo
FOTOGALERÍA: Paco Sastre