Salió de “La Condomina” por su propio pie por el patio de cuadrillas ante el fervor del público que abarrotaba los tendidos. Había jugado con la parca vestido de tabaco y oro, y su mejor premio no era la puerta grande. Mantenía la vida y con eso ya era suficiente. No necesitaba más.

Unas horas antes, entre el ambiente de gala, jolgorio y postureo en el que estaba impregnada la plaza de toros de Murcia aquel 18 de septiembre, había dejado claro lo que es ser torero y había producido algún infarto de miocardio entre los espectadores.
Un toro del Marqués de Domecq se equivocó de escenario. No fue el típico animal cómodo y borreguil que suele salir por los chiqueros de esta centenaria plaza, fue un c… (picardía que diría el maestro Ruiz Miguel).
Impertérrito, se fue a los medios y dibujó una tanda de suprema valentía que abrochó con un pase de pecho descomunal y una trinchera de cartel. En el tendido se presentía algo grande, el torero estaba dispuesto a que la RAE lo pusiera como significado de valor y sinónimo de torería. Y entre el éxtasis torero, el ¡uy! y el ¡ay!.
Con la izquierda esculpió el toreo que bailaba con la ambición, y fue esta la que le pisó. El toro lo sorprendió en el inicio de la siguiente tanda al natural y lo prendió de manera espectacular por la hombrera. El momento fue interminable, como una rampa del 22% de pendiente para un ciclista.
El ¡Lo ha matao! se mezcló con los rostros de espanto en el tendido. José Tomás llevaba la cara ensangrentada y todo el mundo se puso en lo peor, pero el torero visiblemente mermado se levantó, volvió a la cara del toro y dejó unos derechazos que provocaron la locura de los tendidos.

Con la gente en pie vitoreando a su héroe que había esquivado otra vez la muerte, el de Galapagar dejó cinco manoletinas a pies juntos donde el aire no encontró puerta de salida.
La entrada estaba rentabilizada. Los que querían toreo lo tuvieron, los que buscaban el morbo, también. Mató de estocada caída y paseo las dos orejas. Fue lo de menos. La fiesta de los toros se había mostrado en su máxima expresión.
Vídeo completo de la faena:
Esa misma tarde del año 2009 Matías Tejela tuvo la osadía de salir a hombros tras cortar una oreja de cada oponente y Julio Aparicio paseó una del cuarto, que le hirió levemente en el paquete testicular.
11 Años después José Tomás no ha vuelto a torear en Murcia.
@elmuletazo
Fuente: Plaza de Toros de Murcia