La reaparición de “Rafaelillo” va muy en serio. No es una vuelta más. El hecho de volver con Miuras, después de lo que pasó en Pamplona, en una plaza de toros de primera como la francesa de Arlés, es más que un gesto. Es darle honor a la profesión en tiempos donde las figuritas de papel se pelean por torear Garcigrande. Al fin y al cabo, como muchos aficionados pensamos, hay un hilo de esperanza.
La tauromaquia sigue viva porque hay toreros que siguen dándole sentido a esa profesión.
Con el pecho partido, nuestro paisano ha sacado las agallas suficientes para volver otra vez. Aún con las secuelas que le ha dejado el percance de Pamplona, “Rafaelillo” entrena ilusionado, dispuesto a que los aficionados vuelvan a emocionarse cuando saca de su corazón la lección de todo un catedrático de los Miuras.
No se alivia ni en los entrenamientos, ni en los tentaderos. El murciano ha tentado en la finca “La Ruiza” donde pastan los toros veragüeños de Tomás Prieto de la Cal, bajo la custodia de la Señora Marquesa de Seoane.
Dicen que ha estado sensacional. “De frente y por derecho”. Vuelve a rugir el león. La tauromaquia está de enhorabuena.
Fran Pérez @frantrapiotoros
Fotos: Prieto de la Cal