Ayer conocimos el fallecimiento del ganadero Fernando Domecq Solís a los 73 años de edad en Madrid. El ganadero de bravo, ex propietario de Zalduendo, padecía una dura enfermedad que desgraciadamente no ha podido superar. Aunque en sus primeros años de ganadero llevó el hierro familiar de Jandilla, posteriormente emprendió con el de Zalduendo, convirtiendo la ganadería en una de las predilectas de las figuras de los años 90 y principios del siglo XXI.
Fernando era nieto de Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, hijo de Juan Pedro Domecq y Díez y hermano de los también ganaderos, el desaparecido Juan Pedro Domecq Solís y Borja Domecq Solís, propietario del hierro de Jandilla.
En el año 2014 vendió el hierro y los animales de Zalduendo al empresario mexicano Alberto Bailleres, que se llevó el ganado a la finca “Guateles” que le compró al matador de toros retirado Miguel Báez “Litri”.
Uno de los hitos de la ganadería en la época de Fernando Domecq fue el juego del toro “Jarabito” en la maestranza de Sevilla en el año 1999. Un toro al que le cortó las dos orejas Emilio Muñoz y que es recordado como uno de los toros más bravos que han salido a una plaza de toros.
Pero la historia de Fernando Domecq y Zalduendo pasan también directamente por la Región de Murcia.
El 11 de septiembre del año 2006, en La Condomina, la ganadería de Zalduendo, que debutaba en Murcia, y la plaza de toros de Murcia se unieron en un verdadero hito. Ese día se indultaron dos toros del hierro de Fernando Domecq, convirtiéndose la ganadería en la primera a la que le indultaban dos toros en el mismo festejo en España y la plaza de Murcia la primera española en la que se indultaban dos toros en un mismo festejo. “Desordenado” (cuarto toro del festejo), e “Insípido” (quinto toro), lidiados por Enrique Ponce y Pepín Liria respectivamente, que pusieron la plaza a revienta calderas. Ponce formó uno de sus tradicionales líos y Liria no se quiso quedar atrás y también lo logró.
Polémicas fuera, la verdad es que el toro “Insípido” (nº 19, de 531 kg) fue mejor que “Desordenado” (número 56, de 542 Kg), aunque ninguno de indulto, pero esa tarde la comunión toro-torero fue perfecta y la magia de lo vivido hizo olvidar la debilidad presidencial o la facilidad de un público festivo que va a pasárselo bien y que cuanto mayor sea el triunfo más satisfecho sale de una plaza de toros.
Ese día Manuel Jesús “El Cid” también se unió a la fiesta y le cortó una oreja a cada toro de su lote, saliendo a hombros junto a Ponce que también cortó un trofeo al primero del festejo y Liria que cortó dos orejas al segundo.
Así se vio la tarde en la Condomina:
Fran Pérez @frantrapiotoros