Cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor. Hay que mirar al frente, nunca renegar del pasado, pero en este y otros casos de divisas que han estado apartadas algún tiempo, no queda otra opción que tirar para adelante, luchando por lo suyo y manteniendo con dignidad lo que se tiene.
Ya estamos en la era post-Atanasio y la ganadería salmantina de El Sierro, entroncada ahora en Domecq, ve la luz de nuevo. No con muchas vacas madres, unas 80, y camadas cortas, dos novilladas lustrosas y serias que están ya comprometidas para este 2025.
Trapío y seriedad en ejemplares que alguno de ellos valdría para Madrid o Calasparra. De momento hay que lidiar donde a uno lo respeten. El trabajo de Luis Sánchez Rivero y su familia da sus frutos, con la ayuda del joven mayoral Daniel Tapia, miran hacia adelante. Como también suele decirse: “No queda otra”.









Fotos y texto: Javier Salamanca
