EL PROVIDENCIAL TORNIQUETE DE CERCADILLO: «NO ESTOY ORGULLOSO DE ESTO, HE HECHO LO QUE TENÍA QUE HACER PARA AUXILIAR A DAVID»

Ha llegado a su casa con la ropa empapada. Esta vez no era solo sudor. La camisa que estrenó para ir de ayuda con “Rafaelillo” en la pasada Feria de San Isidro ha acabado en la basura, el pantalón cómodo, para ejercer el trabajo en el callejón, también están a esta hora en el contenedor. El calzado de la “suerte” también espera a que pase el camión de la basura. Si alguien ve esas prendas puede pensarse que ha cometido un asesinado. Pero, ha ocurrido todo lo contrario, Juan Antonio Cercadillo, mozo de espadas, ha salvado una vida.

David Pardo se desangraba por el muslo. Los arpones del par de banderillas que intentaba partir con el muslo derecho se le clavaron en el izquierdo con saña. La escena que se vivió en la plaza de toros de “Los Felices” fue peor que cuando se produce una cornada: «He visto que salía sangre, pero no como siempre, era un chorro, un manantial. Hemos saltado todos a auxiliarle, eso había que pararlo de alguna manera», expresa el mozo de espadas, todavía sorprendido por lo vivido.

«Era todo un descontrol, nadie esperaba que iba a pasar eso. Siempre se imagina que esas cosas suceden producidas por el toro, pero se lo había hecho él. Estaba todo el mundo sin saber que hacer», relata Juan Antonio, el ya Ángel de la guarda de David Pardo.

«Al ver la herida, profusa, grande, impactante, se me ha venido a la cabeza el documental que, por casualidad, vi el otro día sobre las cogidas de los toreros y de como había que hacerle los torniquetes», sigue relatando un emocionado mozo de espadas, que añade: «Otras veces, no sé, me quedaré parado, pero hoy he reaccionado, he cogido la toalla y he salido corriendo hacia el novillero. He visto la herida y he intentado cortar el grifo de sangre».

Juan Antonio nos dice como en décimas de segundo ha tenido que dilucidar la mejor manera de hacer el torniquete, que según los médicos que estaban en la plaza, ha sido crucial para mantener con vida al becerrista: «Al ver los arpones, he querido con la toalla salvarlos, porque si los llego a aplastar los meto más adentro y empeoro la situación, así que he apretado fuerte y en lo que quedaba al aire del boquete el maestro “Dominguín” ha metido la mano. Los dos nos hemos agarrado bien, hemos tirado a gente por el callejón, pero teníamos que salvarle la vida a David».

Juan Antonio piensa en como latía la herida: «La sangre salía con fuerza, por eso me he puesto la ropa perdida. Notaba el calor de la sangre del crío por todo el cuerpo. Un drama. Un verdadero drama»

Cercadillo no quiere ser ningún héroe: «Estoy recibiendo muchas llamadas dándome la enhorabuena, pero yo no quiero estar orgulloso de esto. He hecho lo que tenía que hacer, yo me podría haber quedado quieto mirando como pasaba todo, echarme las manos a la cabeza, pero eso no va conmigo»

«Hoy no ha sido un día fácil para mí, ni en el aspecto personal, ni en el profesional, así que he llegado a mi casa y lo he tirado toda la ropa a la basura. Mañana será otro día», termina el mozo de espadas.

Yo no se ustedes, pero yo quiero amigos así.

@elmuletazo / Fotos: Pedro Laforet

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