Había estado notable con el segundo novillo de “Los Chospes” en el segundo capítulo de la Feria Taurina del Arroz de Calasparra celebrado este 4 de septiembre. Paseó una oreja de peso y en su mente estaba la Puerta Grande y el codiciado trofeo Espiga de Oro. Pero el quinto de la ganadería albaceteña salió manso, de esos de carretas, que cantó la gallina en cuanto le enseñó el capote. El sueño se ponía más difícil para César Pacheco, que quería pasar del anonimato a la gloria.
¿Quién le corta las alas a alguien que desde el minuto 0 demostró en la plaza que quiere ser torero? Pues el único Pilatos que no entiende de inocentes o culpables en el ruedo, el toro.
Sabía Pacheco que le tenía cortada una oreja al de “Los Chospes” después de haberle tragado una barbaridad en los terrenos de chiqueros. El toro manseó y el torero se creció ante la adversidad. Una demostración sensacional que necesitaba la firma de una gran estocada. Y el mexicano se tiró a matar. Después, el hielo, el espanto, la desesperación, la preocupación, las mil historias equivocadas en los tendidos, un tío entre la vida y la muerte en una ambulancia camino de Caravaca, y un equipo médico que debe ser premiado como merece por parte de los jurados que conceden premios en el serial donde el espectador vive de verdad la realidad de la fiesta de los toros.
Y luego llegó la tranquilidad. César se recuperará y el gran gesto será verle de nuevo en la plaza otra vez repleto de ambición. Ya tiene el ayuntamiento y la empresa organizadora deberes para el año que viene. Sería de total y absoluta justicia.
GALERÍA FOTOGRAFICA DEL PERCANCE DE CÉSAR PACHECO EN CALASPARRA DE PACO SASTRE:
@elmuletazo / FOTOS: PACO SASTRE


































