TOROS ¿PARA TODOS O SOLO PARA ALGUNOS?

“Hoy nos vamos a los toros con…”, así despide el día la Fundación del Toro de Lidia en las redes sociales nombrando cada noche a un personaje famoso de antes y de hoy que ha acudido alguna vez a presenciar un festejo taurino. Los personajes mediáticos, por regla general (salvo alguna loable excepción) acuden a los callejones de las plazas de toros, previo regalo del pase, para pavonearse en las tardes de clavel. Verlos en la taquilla comprando una entrada es un verdadero milagro que, a veces, ocurre. No quiero decir con esto que este tipo de cosas estén mal, porque, al fin y al cabo, en estos tiempos del postureo, estas actitudes son buenas para la tauromaquia porque le dan visibilidad fuera de los medios taurinos. El problema es que el sector le da poca importancia o protagonismo a los que sí se paran en el despacho de billetes para comprar una entrada, boleto que en la mayoría de ocasiones no se distingue por ser asequible para todas las condiciones sociales. Ellos, los incondicionales, entiendan más o menos de toros, son los que sujetan el pilar básico de la fiesta.

Lamentablemente, ir a los toros se ha convertido en un acto elitista. Si la vida te sonríe, económicamente hablando, puedes permitirte ver un evento taurino en un lugar privilegiado y llevar a tu familia para que ellos también sean partícipes del espectáculo. Si eres un hijo de papá, que no has pegado un palo al agua en la vida, pero has nacido en un nido de oro; no te preocupa haber pagado 125€ por una barrera mientras disfrutas con el puro en la boca en los toros esperando a que doble el 3º para comerte la merienda. Pero si, por el contrario, eres un currante que tienes que pagar la hipoteca, que tienes la vuelta al cole de tus hijos, qué quieres disfrutar de la feria de tu ciudad; o eres un joven que está empezando a abrirse camino en la vida, que estudias, pero trabajas a 20 horas para poder seguir estudiando y que tus padres no tengan que echar largas jornadas de trabajo para que tengas lujos; pues ver que los taurinos anuncian carteles en los que pone que la entrada más barata cuesta más de 30€ te indigna. Y el cabreo crece cuando además se comprueba que aquella bajada del I.V.A en el precio de las entradas que se impulsó en 2017 desde el gobierno central, y que tanto defendió este medio, los organizadores taurinos y gran parte del sector en general se la han pasado por el forro porque no se ha notado nada.

Muchos hacen el esfuerzo, hacen un malabarismo económico, porque la afición a los toros puede con todo, pero otros terminan desistiendo porque no se lo pueden permitir, literalmente. Ante este asunto el sector, en la mayoría de ocasiones, se tapa los ojos, mira para otro lado y sigue pensando que la fiesta de los toros tendrá vida para siempre mientras el cemento de las plazas sale a relucir, salvo que toree Roca Rey o que exista un motivo social en el pueblo para ir a los toros.

La idea de “Gallito” de construir plazas de toros monumentales para conseguir entradas más económicas de forma que se ampliaran las opciones de acudir a toda la población, independientemente de su rango social, en estos momentos queda pisoteada.

Hoy por hoy tenemos ferias que se han olvidado de crear un abono para jóvenes. Tenemos corridas de toros, organizadas por ayuntamientos, donde no hay entradas ni para los jubilados, ni para los jóvenes, ni para los parados. Tenemos festejos en plazas recién inauguradas que necesitan un impulso que han subido los precios de manera descomunal hasta encontrarse entradas a 40€ al sol. Tenemos ferias donde los niños pagan 40€ por entrar a una localidad acompañados de un adulto. Tenemos espectáculos donde en la mayoría de las ocasiones se ofrece un espectáculo que no se corresponde con el precio pagado por la localidad.  Y tenemos, algún oasis en el desierto, donde sí da gusto ir, donde el toro se respeta y el espectador puede ver seis espectáculos al precio de una barrera.

Esas plazas nos tocan muy de cerca en la Región de Murcia. Simplemente revisen las cartelerías de los festejos anunciados y saquen sus propias conclusiones. Y si se lo pueden permitir, por supuesto, vayan a los toros, pero si tienen ustedes que protestar, pues protesten si creen que les están dando gato por liebre, y si se tienen que emocionar, pues saquen su ¡Olé! más profundo.

Por cierto, que envidia en Móstoles y Navalcarnero, plazas de toros donde van las figuras, donde el ayuntamiento organiza y donde ponen los toros a 15€ el tendido general. Eso sí que es un ¡Toros para todos!

Fran Pérez @frantrapiotoros

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