Desde la inauguración de la plaza de toros de Lorca, en junio de 1892, el Sábado de Gloria se convirtió, en los primeros años de vida del coso, en una fecha propicia para dar toros en la Ciudad del Sol a rebufo de su espectacular y diferente Semana de Pasión.

Conocido es que en esta fecha, en 1893, resultó herido de muerte el banderillero Antonio García “Morenito”, subalterno de la cuadrilla del Espartero, pero menos usual es que los aficionados conozcan que en la plaza de toros de Lorca, en 1908, concretamente un 18 de abril, tomó la alternativa por primera vez un novillero, un cordobés entrado en años que quería intentar coger su último tranvía para poder progresar en la profesión.
Nacido en Córdoba en 1871, Cándido Fernández “Moni” empezó su carrera taurina actuando en las plazas de la provincia de Córdoba en 1897. Su carrera no fue precisamente meteórica. Tardó tres años en debutar en la plaza de toros de Córdoba para luego hacer su presentación como novillero a Madrid en 1905, donde actuó con Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” (padre del monstruo de Córdoba), Julio Gómez “Relampaguito” y Rufino San Vicente “Chiquito de Begoña”.

“Moni” era valiente pero estaba falto de técnica, amén de que sus condiciones físicas no eran las más adecuadas.
Con treinta y siete años, una edad ya avanzada para adentrarse en la profesión de torero, tomó la alternativa en el coso de Sutullena en una tarde donde el matador de toros madrileño Cayetano Leal “Pepe-Hillo” le cedió los trastos para estoquear un toro de Félix Gómez. Esa tarde también actuó Antonio Boto “Regaterín” al que las crónicas de la época ponen muy bien, matando un toro de los dos que le correspondieron en suerte con gran elegancia. Fue el triunfador de la tarde.

La carrera de Cándido Fernández “Moni” no fue nada lucida. A pocos meses de tomar la alternativa, sin torear un solo festejo, el torero renunció a ella y volvió a torear novilladas con picadores y sin ellos. El 29 de noviembre de 1908 sufrió en Madrid una grave cornada en el brazo izquierdo que mermó su valentía y acrecentó sus dificultades físicas. En 1913, tras años de lucha decidió retirarse en Córdoba en un festejo taurino que fue a su beneficio y en el que actuó el padre de Manolete, “Corchaito” y “Mojino”.
Tras apartarse de mundo del toro consiguió un empleo público modesto en Espiel (Córdoba) donde moriría años más tarde.
Fran Pérez @frantrapiotoros
