El 2022 iba a ser su último año como novillero con picadores. Fran Ferrer, salido de la desaparecida escuela taurina de Murcia, y hecho en el Valle del Tiétar, tenía cerrada la alternativa a finales del año antes citado en un pueblo de Albacete. Por eso, cuando toreó por última vez en la plaza de toros de “La Condomina”, en la novillada de la Feria de Septiembre, el novillero de Zeneta pensaba que era su despedida como novillero con caballos.
No se pensaba en ese momento, que un torero con parné, con padrino, o no se sabe el qué, iba a comprar su puesto y lo sacaría de la corrida de toros en la que estaba acartelado para cumplir el sueño de acceder al escalafón de los matadores de toros.
Ese trago amargo le hizo replantearse muchas cosas, hasta el punto de perder la ilusión y dejar a un lado sus pretensiones en el mundo del toro. Fran emprendió entonces otra aventura, la del matrimonio y se afianzó laboralmente en su otra pasión, el mundo del caballo, donde en la actualidad ayuda a un chaval de la Región de Murcia que da sus primeros pasos en el arte de Marialva.
Pero, pasado un año, Fran Ferrer ha llegado a la conclusión de que, pese a que el mundo del toro tiene grandes injusticias, el sueño de querer ser torero le pertenece y nada ni nadie puede arrebatárselo. Por eso, en este 2024, se ha decidido a volver a la actividad profesional con el gran objetivo de poder tomar la alternativa.
De la mano de nuevo de su inseparable apoderado, Joaquín López Ríos, el novillero inicia de otra vez la aventura de querer ser torero. Por el momento, ya se prepara concienzudamente para afrontar los primeros compromisos, que se conocerán en breve. Ferrer puede reaparecer en un festival taurino que se organiza en un pueblo de la Región de Murcia y después participará en varias novilladas para llegar rodado a una posible alternativa con la plaza de toros de Murcia como marco del sueño, pero que bien podría ser otra plaza de la comunidad.

@elmuletazo
