Produce una tristeza enorme contemplar como alguien que ha conseguido llegar a ministro de Cultura del Reino de España se presente como antitaurino. Se supone, aunque ya en política todo puede pasar, que la persona que ostenta ese cargo debe velar por la preservación, estudio, divulgación y promoción de las diferentes corrientes artísticas que componen la identidad de nuestro país, de las cuales, una de ellas es la tauromaquia, considerada “patrimonio cultural” desde el año 2013 gracias a la tramitación de una Iniciativa Legislativa Popular respaldada con 600.000 firmas. La ley es clara: “La tauromaquia es cultura, comprendiendo otras facetas dignas de protección aparte del propio espectáculo, ya que comprende todo un conjunto de conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas, que van desde la crianza del toro a la confección de la indumentaria de los toreros, la música de las corridas, el diseño y la producción de carteles».
Además, fuera del ámbito legislativo, la Real Academia Española define la tauromaquia como “arte” y numerosos estudios e investigaciones muestran su valor cultural y económico, como los realizados por el Doctor de la Universidad de Extremadura y miembro de Greenpeace, Juan Medina, o la reciente tesis presentada en la Universidad de Murcia por Eliana Abellán, que pone en valor la dehesa y propone la declaración de la tauromaquia como Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco para garantizar la conservación del patrimonio ecológico del campo bravo.
Sin ni siquiera prometer su cargo, Ernest Urtasun, y a la vez Pedro Sánchez y Yolanda Díaz que son los que lo han colocado en el sillón de Cultura del consejo de ministros, se han pasado por el forro a Federico García Lorca, al que luego recurren para dar sus discursos y reproches a la oposición en el Congreso de los Diputados: «El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo» y también a Alberti, a Ramón Pérez de Ayala, a Salvador Dalí, a Benito Pérez Galdós, a Manuel Machado, a Gerardo Diego… y, en definitiva, al pensamiento y sentir de más del 25% de la población española, como señala un estudio económico y social elaborado por Vicente Royuela, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona para el Ministerio de Cultura y Deporte en el año 2021, curiosamente también con Pedro Sánchez en el Gobierno.
Ahora, con este escenario planteado por el nuevo gobierno de coalición entre PSOE+Sumar, con un ministro de espaldas y con el apoyo interesado de partidos nacionalistas que utilizan la tauromaquia como arma arrojadiza contra lo español, el sector taurino teme que la fiesta de los toros sea atacada en el rincón de la indiferencia donde la tienen situada este gobierno, todos los anteriores, y muchos autonómicos (véase el de la Región de Murcia) sean del color que sean.
La Fundación Toro de Lidia, con Victorino Martín al frente, le ha dado la bienvenida al nuevo ministro, ha pedido una reunión formal con él y ha expresado su deseo de ser recibida con el mismo talante con el que lo hacían los ministros antecesores.
Ernest Urtasun tiene dos vías, la de ser diplomático y llevar el ministerio sin sobresaltos, dándole el sitio y el lugar que merece a la tauromaquia o tocarle las partes bajas al sector, atacándolo, para darle trabajo al Tribunal Supremo o al Constitucional, donde ya frenaron aquel veto indecente del Bono Cultural Joven, los toros a la balear o la prohibición de la tauromaquia en Cataluña.
Otro de los interrogantes es saber si de una vez por todas el sector taurino se mostrará unido ante cualquier desaire del gobierno o dejará languidecer el espectáculo. Ya saben que sorprende el arrojo de muchos para enfrentarse a animales de más de 500 Kilos y la poca implicación para defender lo que les da de comer.
F.P @elmuletazo
El Muletazo 