OPINIÓN: «BORJA JIMÉNEZ COMO LA ENTRADILLA DEL CARRUSEL DE PEPE DOMINGO» por Fran Pérez

La plaza de toros de Las Ventas, a lo Camarón, se había partido la camisa como en contadas veces ocurre a lo largo de la temporada. En las casas de los aficionados de todo el mundo, que presenciaban la corrida a través de OneToro, su triunfo se había vivido como el gol de Iniesta en el mundial. Y quedaba esa sensación de alegría, de piel enchinada, de encontrar agua tras un largo transitar por el desierto. La emoción terminó por desbordarse al sentir su voz entrecortada en el micrófono de Carmelo López, cuando se acordaba de su padre, de su madre, de su hermano, de su hermana y del invierno. Borja Jiménez había resucitado el toreo.

La actuación del rubio torero de Espartinas fue más allá de hacer un monumento al natural. Fue una clase magistral de como los toreros, sobre todo los que están en su situación, tienen que afrontar las tardes en la primera plaza de toros del mundo. Y con una de Victorino Martín, en puntas, y que pedía el DNI. Cuando el segundo toro de la tarde llegó a la muleta solo él sabía que le podía meter mano. Todos teníamos la sensación de que el animal iba a dar problemas, pero lo que es la ambición y estar metido en la tarde, le puso la muleta, le bajo la mano, lo metió en el canasto y lo cuajó por naturales. Se relajó tanto el torero, que terminó el trasteo porque el toro ya no daba más de sí. Superior el torero, que paseó una oreja de peso, tras una estocada tendida.

Con el cinqueño cuarto volvió a hacer lo mismo, poner cabeza y corazón, y torear tan magníficamente bien, tan puro, tan compenetrado, tan intenso, que en ocasiones llegó a recordar a muchos padres de la tauromaquia. Es lo que tiene cuando hay escasez, que salen los espejismos. El terno Chenel y oro, ayudó a la comparativa. Pero estoy seguro de que, tras lo demostrado, Borja no quiere parecerse a nadie, lo que pretende es ser él, y convertirse, como diría el recordado Pepe Domingo Castaño en la entradilla de Carrusel o de Tiempo de Juego, “en el de la emoción, en el del espectáculo, en el único, en el imprescindible”

Media tendida, oreja y el clamor.

Con la Puerta Grande abierta, con la gloria abrazando su cuerpo, tuvo los santos bemoles de irse a porta gayola a recibir al sexto. La apuesta le salió perfecta. Otra lidia cumbre. Sobresaliente en cuanto a la manera de entender al toro. Madrid rugía y la Tauromaquia caminaba. Otra estocada tendida y otra oreja merecida.

¡Ojo si los llega a matar bien! Tarde de al menos 5 orejas.

Y después; la maravillosa Puerta Grande, un soplo de aire fresco para la sufrida tauromaquia, los titulares, entrevistas, la ilusión de los aficionados, este artículo, y una de Palha en Zaragoza el jueves.

La esperanza es verle el año que viene en todas las ferias y a ese nivel magnifico, plantándole batalla a las figuras y sin olvidarse de que los cárdenos lo han encumbrado. Todo eso con permiso de un sector, que como todos sabemos, y no es la primera vez que pasa, arrincona, aparta y anula a los que tratan de coger los hilos de la tauromaquia o amenazan a la mano que mece la cuna.

Ahora que se acerca el invierno, esa temporada donde las ilusiones sobrevuelan en los corazones de los toreros, hay que recordar que a Borja Jiménez lo han tenido 8 años en el banquillo, que se ha curtido en él, que ha trabajado duro, pero que ha sabido aprovechar el momento sin hacerle ascos a tardes que han desembocado en su triunfo rotundo y emocionante en Madrid. Una confirmación a cara o cruz, una de Escolar en Pamplona….

Y, por cierto, el vídeo de su actuación debe ser un tema obligatorio en cualquier escuela taurina de bien. Terminando con la frase: ¡O estás así, o te pones a estudiar o trabajar!

Por Fran Pérez @frantrapiotoros

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